La implantación es obligatoria para todas las empresas, con posibles consecuencias penales para los gestores de empresas que no la hayan implantado.
La clave del éxito es encontrar el equilibrio entre un PPD que proteja a la empresa desde un punto de vista penal pero que al mismo tiempo no entorpezca el día a día de la misma.
Nuestro equipo de compliance cuenta con una amplísima experiencia en la implantación de PPDs que le permite llevar a cabo la implantación sin que la empresa tenga que desviar recursos innecesarios (en forma de tiempo y personas involucradas) a tal efecto.